La Resiliencia en psicología es definida como la capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas. La palabra resiliencia viene del verbo latino resilire (que significa saltar hacia atrás, rebotar), y es que la resiliencia es como una resistencia flexible. porque lo importante es que uno se adapte por lo tanto la clave dentro de la resiliencia es la adaptación, osea resistir y recuperarse, ante circunstancias adversas, bien sean éstas de carácter individual o psicosocial., en esta ocasión les escribo sobre esta cualidad salva vidas porque en la sociedad tan cambiante en la que vivimos un día podemos tener el mundo a nuestros pies y al siguiente no tener absolutamente nada y por eso considero importante que toda persona debe tratar de poner en práctica esta capacidad y estar preparado mental y emocionalmente ante cualquier eventualidad y personalmente es algo que puede ser muy útil en nuestro diario vivir.
A mitad de este año una avalancha de situaciones adversas se me vinieron arriban casi todas al mismo tiempo, la más dura de asimilar fue que a mi esposo mi compañero por nueve años le diagnosticaron un tumor maligno en uno de sus riñones lo cual lo puso en una situación de urgencia donde la única solución médica era extirpar el riñón izquierdo por completo, sumado a eso se nos presentó una situación financiera bastante desequilibrada y como resultado de toda esta tensión comencé a tener problemas con mi embarazo, solo pensaba en cómo me haría con mi hija, un embarazo complicado y mi esposo enfermo sentía que se me venía el mundo arriba y me decía a mi misma -pero ayer todo estaba bien todo era perfecto, tenía dos opciones o hacerme la “Vistima” y derrumbarme a llorar o ponerme los pantalones y afrontar la situación, como mujer de armas tomar tome el control de la situación y gracias a Dios pudimos salir de todo eso y fue ahí donde descubrí el poder de la resilencia que es un arma protectora de la cual Dios nos doto como salvavidas de emergencia.
Es cierto que unas personas son más resilientes que otras , la resiliencia no es algo que unos tengan y otros no, sino que se trata de una serie de habilidades que se pueden desarrollar y para eso les dejo estas nueve maneras para poner en funcionamiento esta cualidad:
1. Cultiva un círculo de amistades cercanas y buenas relaciones familiares, porque estas son la personas que te van a escuchar y apoyar en los momentos difíciles, haciéndote más resiliente.
2. Usa un pensamiento constructivo. No veas los problemas o las crisis como catástrofes terribles e insoportables, sino como retos que has de superar. Procura tener una perspectiva amplia y pensar que esos problemas no van a durar para siempre, sino que acabarán pasando. Piensa que tienes la capacidad suficiente como para afrontarlos y encontrar soluciones. No cometas errores de pensamiento.
4. Acepta la realidad. Quien se niega a aceptar la realidad tal y como es nunca podrá cambiarla. Y esto es así por dos motivos: o bien la niegas y cierras los ojos para no verla, lo que implica no hacer nada; o bien te enfureces tanto maldiciendo al mundo, al destino o a los dioses de todas las religiones, que eres incapaz de pensar.
5. Actúa. Cuando estás ante una adversidad, intenta hacer todo lo que puedas aunque tus intentos parezcan no conducir a nada. Si estás actuando es porque estás pensando soluciones. No importa si muchas de esas soluciones son ineficaces, lo importante es que estás usando tu mente y estás actuando y eso hará que tarde o temprano logres algún avance o encuentres una idea. Si no haces nada, los problemas no desaparecerán por arte de magia.
7. Sé optimista, aunque sin dejar de ser realista. Ser optimista significa esperar que ocurran cosas buenas en tu vida, que la situación mejorará en el futuro, que eres capaz de controlar tu vida y hacer los cambios necesarios y que la vida puede traerte momentos maravillosos que compensen los momentos amargos.
8. Aprende a crecer con tus problemas. Los problemas o las crisis son retos que te encuentras en la vida y que te empujan a sacar lo mejor de ti, a ser fuerte, a pensar y buscar soluciones, a actuar. A menudo te empujan a cambiar tu punto de vista y hacerlo más amplio y flexible. De ti depende que los golpes que te da la vida te vuelvan mejor persona o te vuelvan un ser resentido y amargado por la “injusticia de la vida”. Esos golpes pueden hacerte más empático, más tolerante con la debilidad humana (la misma que has visto en ti en momentos de crisis), pueden ayudarte a comprender comportamientos y actitudes que no comprendías, pueden enseñarte acerca de tu propia fuerza interior.
Si sabes utilizarla y sacar partido de ella, la adversidad puede ayudarte a ser mejor persona.
Por supuesto, no queremos que nos pasen cosas malas, pero si nos pasan, al menos podemos aprovecharlas para sacar algo positivo de ellas. En una ocasión escuché una frase en una serie de televisión (Mentes Criminales) que me llamó la atención. Venía a decir que algunas personas que han sido severamente maltratadas en su infancia se convierten en maltratadores o criminales; pero otros se convierten en los que los capturan. Lo que la adversidad hace de ti, depende en gran parte de tu propia actitud.
9. Y, por último, no te olvides de mantener el sentido del humor ante los problemas.
Sean Felices.
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