
Todos dicen que soy una mujer fuerte con un carácter dominante muy conocedora de los dichos bíblicos que no tengo motivo para tanta tristeza porque conozco más que nadie la respuesta del ¿Porqué? y tienen razón pero hay una cosa que se llama aceptación y estoy en esa etapa la cual se me ha hecho difícil de asimilar tal vez por las hormonas de la gonadotropina coriónica que aún viven en mi cuerpo o es tal vez porque en mi vida nunca eh perdido a nadie que significara mucho para mí, No puedo negar que lo más duro ha sido cuando las personas que no saben lo que sucedió me preguntan por el bebé en esos momentos siento un nudo en la garganta y no sé ni cómo responderles pues me llega a la mente el echo de que no pude saber su sexo ni ver su carita ni siquiera pude escuchar el latido de su corazón y mi cabeza se llena de preguntas maternales ¿A quién se parecería? ¿Qué nombre le pondríamos?.
¿Qué hice mal? Tal vez el ser perfeccionista compulsiva me está pasando cuentas o como dice mi amigo Alex Isalguez fue el estresarme demasiado por cosas que no valían la pena, tal vez fue el cuidarme tanto comer demasiado saludable renunciar a mi pasión por el vino, no sé y no me pasaré toda mi vida buscado la respuesta, lo que si necesito hacer es sanar mi mente y cuerpo cerrar esta etapa que no me hace bien, seguir adelante por mí, por Gerard que ha sufrido conmigo cada caída y por mi hija que necesita que “ la mejor madre del mundo mundial” vuelva a reír, bailar y hacer locuras.
No soy ni la primera ni la ultima, siempre hay una primera vez y cuando las cosas no salen como te las esperas solo debes volver a intentarlo hasta que el resultado sea el esperado recordar que las cosas no son como uno quiera si no cuando se puedan si Dios lo permite.
Estoy tan agradecida con Dios porque muchas veces con las malas experiencias te manda lecciones, enseñanzas de fe que te enseñan que las personas que menos piensas son las que más te aprecian total no hay malas experiencias si no lecciones no aprendidas y con esto aprendí una lección que por años me costó asimilar, Gracias Dios por mandarme personas magnificas a mi vida una de ellas me dijo las palabras más sabias que nunca había escuchado decir “No te preguntes ¿Porque? Si no ¿Para qué? Esas palabras las tomaré como frase de vida serán el recordatorio de que hasta lo malo pasa porque algo mejor viene o con algún propósito.
Siempre les digo sean felices y creo que ahora me toca a mí.
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